Soy de las aves silvestres, la mas común y la mas libre,
y puedo morir de pena si en una jaula me metes.
Alegre y trabajadora, al llegar la primavera,
estoy feliz y contenta buscando a mi compañero.
Y cuando al final encuentro la pareja que me gusta,
me dedico con gran gozo a preparar nuestra casa.
Cojo una espiga de trigo, tomo una brizna de hierva,
y las hojas de una flor para perfumar el nido,
Ya terminada la casa, de las lluvias y del viento protegida,
me asomo a la puerta y veo,
la maravillosa vista que desde allí se contempla.
Este sitio es ideal, digo y a mi compañero,
y desde aqui tu podrás contemplar este paisaje,
que yo elegí para ti, mientras tu calor les das,
a los frutos que de mi, nos vendrán a acompañar.
Y cuando por fin los veas, piar con gran alborozo,
seguro que el corazón te palpitara con gozo.
Yo me encargaré gustosa de buscar el alimento,
y recorreré los campos sin descanso y sin reposo.
Se que al fin llegara el día, en que ellos con tu ayuda,
aprenderán a volar, y el día en que eso ocurra de nuestra casa se irán.
Esa es la ley de la vida, y eso no me hará sufrir,
porque cuando ellos se vayan, junto a ti seré feliz.
Y cuando llegue el otoño, y tras el venga el invierno,
los dos permaneceremos ayudándonos los dos,
a soportar el mal tiempo.
Y al final la primavera, de nuevo traerá las flores,
y las gustosas semillas que calmen los sinsabores,
del invierno largo y crudo, que pasó gracias a ti...
al amor de mis amores.
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